¡Ahora sé lo que es un verdadero lifting cosmético! He probado el último tratamiento de María Galland, Mille, en el centro de belleza de Carmen Navarro y el resultado ha sido sencillamente espectacular.
Tras una exhaustiva limpieza de cara, cuello y escote, me han hecho un peeling de textura pegajosa -de hecho, yo creía que era un sérum-, muy rico y jugoso, con un masaje a conciencia de cinco minutos. Después, me han puesto un velo de colágeno que han dejado actuar en mi piel, mientras me masajeaban pies y piernas. ¡Una delicia! Y me han aplicado una crema que contiene oro, trufa y péptidos, que aplicada con regularidad consigue, a corto plazo, disminuir la cantidad, profundidad y longitud de las arrugas. Pero, aparte de la crema, lo espectacular ha sido el masaje con el que me la han aplicado. ¡Como nunca! -miento, en Oxigen (Barcelona) también me dieron uno espectacular-. El caso es que a base de múltiples pases ascendentes, pellizqueos y técnicas de remonte la terapeuta ha tratado todos y cada uno de los músculos de mi rostro. Y así ha conseguido "borrar" las arrugas del entrecejo -que yo tengo muy marcado y sólo el Botox consigue corregir-, elevar mis cejas y pómulos, y redefinir el óvalo facial. Y no exagero. El tratamiento se completa con una cremosa mascarilla rica en activos antiedad e hidratantes -principalmente ácido hialurónico-.
En positivo: Es un tratamiento totalmente manual y se agradece. Me encanta la aparatología de vanguardia, pero dónde estén unas buenas manos... Además, mi piel y mi musculatura facial han recuperado juventud, tersura y lumosidad. Han desaparecido las arrugas de mi frente, entrecejo y patas de gallo, y se han elevado mis cejas y pómulos. Y algo increíble: ¡mi marido me lo ha notado!
Un pero: que me han salido algunos granitos porque las texturas eran muy ricas para mi piel. Pero, ha sido un tratamiento tan eficaz, que es un mal menor.
Nota: 9.
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