El Dr.Vicente Delgado, dermatólogo de la AEDV (Academia Española de Dermatología y Venerología) y Profesor
de Dermatología de la Universidad de Granada, es especialista en enfermedades
de las uñas y nos cuenta las causas y algunas de las soluciones para los problemas más comunes de las uñas. No te pierdas su último libro, publicado
recientemente, Enfermedades de las Uñas, de Ed. Elsevier.
1. Estrías
A) Longitudinales: Son las más habituales,
y uno de los primeros motivos de consulta. En realidad no tienen ningún
significado patológico. Aparecen a menudo con la edad, a partir aproximadamente
de los 60 años, y su origen es, habitualmente, hereditario. No existe un
tratamiento específico y eficaz para acabar con las estrías, aunque algunas
casas cosméticas cuentan con geles que forman una pequeña capa que ópticamente
aporta uniformidad a la uña. Sin embargo, este producto no puede cambiar su
naturaleza.
B) Transversales
o “Líneas de Beau”: Se dan tras una alteración en el
crecimiento de la uña. Las causas pueden ser procesos febriles agudos, alteraciones
nutricionales o la utilización de fármacos citotóxicos, aunque también por
enfermedades graves.
2. Uñas blandas y débiles
A) Finas, sin consistencia: Puede
deberse a enfermedades crónicas y reumáticas.
B) Se rompen con facilidad o les
sale una “rajita” (Onicorresis). Ocurre a menudo por meter, de forma
repetida, las manos en agua, sobre todo
a partir de una edad.
3. Separación por capas. Llamada Onicosquisis Lamelar, se
produce a partir de los 50 ó 60 años, por el mismo motivo antes expuesto: un
exceso de lavado de manos. No existe remedio, salvo evitar un lavado frecuente de manos.
4. Color amarillo. Se puede deber al abuso de lacas, a
infecciones por hongos o bacterias, o también por Psoriasis.
5. Uñas encarnadas. Una patología asociada a menudo a
los jóvenes, su causa es eminentemente hereditaria, como la mayoría de las
enfermedades ungueales. Ocurre cuando la uña se “clava” en la carne,
inflamándola. Solución: Llevar un zapato menos apretado y evitar los que acaban
en punta; no recortar los picos de la uña del dedo gordo del pie, hay que dejar
los bordes y cortarla preferentemente en forma cuadrada; empapar un algodón en
antiséptico y colocar en dichos bordes, entre la uña y la carne. La longitud
adecuada de la parte “blanca”, sobresaliente, debería ser de 1 milímetro.
6. Hongos (Micosis). Un error muy común es pensar que
todas las enfermedades de las uñas están producidas por hongos, aunque sí son
la causa más frecuente. Incluso para los mismos dermatólogos puede resultar
difícil en ocasiones el diagnóstico de micosis en esta parte de la anatomía.
Posibles causas de una uña infectada por hongos:
A) Cambio de color distal (de la parte libre o
“blanca”). A menudo puede aparecer una zona amarillenta o blanquecina.
B) Hiperqueratosis. La uña se separa, debido a
engrosamiento en algunas zonas de la uña.
C) Formación de un polvo debajo de la uña.
Pueden darse las tres causas o de
forma aislada, e incluso estas manifestaciones no tienen por qué indicar hongos
en todos los casos.
7. Microtraumatismo. Por presión con el calzado o por
realizar algunos deportes agresivos, como correr o jugar al tenis, en ocasiones
las uñas “mudan”, o aparecen rayitas violáceas o amarillentas. La única
repercusión es estética y el problema desaparece por sí solo si abandonamos ese
hábito o deporte.
8. Manchas blancas. El origen no es una falta de
calcio como popularmente se cree. Las pequeñas manchitas blancas se deben a leves
microtraumatismos cerca de la cutícula, por gestos tan sorprendentes como
meterse las manos en los bolsillos de unos vaqueros ajustados. En cambio,
cuando hablamos de manchas blancas grandes, puede ser síntoma de insuficiencia
renal o cirrosis.
9. Uñas mordidas (onicofagia). Además de los problemas estéticos que ocasiona,
morderse las uñas puede alterar la forma de los dientes o afectar a la salud
ungueal: estas no crecen bien por el continuo mordisqueo al que son sometidas,
y se crean microtraumatismos a lo largo de todo el lecho ungueal (la parte que
se encuentra bajo las uñas), alterándose así su anatomía. También se ocasionan
daños alrededor de la uña, pequeñas heridas que hacen que el dedo se inflame y
duela.
10. Falta de proteínas. En realidad, si seguimos una alimentación correcta, no haría
falta tomar suplementos nutricionales para reforzar las uñas, el problema es
que actualmente comemos mal: en ese caso la nutricosmética para cabello y uñas
débiles puede ayudar. El calcio, que siempre se ha pensado interviene en la
dureza de la uña, no tiene relevancia en la misma: en cambio sí la tienen las
proteínas: hay que tomar la cantidad adecuada de las mismas para lucir unas
uñas saludables.
11. Efectos secundarios de las
lacas. No está probado que las lacas sean perjudiciales, aunque de
usarlas demasiado y sin dejar respirar a la uña, esta puede mostrarse áspera,
sin brillo y amarillenta debido a que los pigmentos de la laca penetren en la
capa superior (dado que la uña está formada por capas). A su vez, los aceites
para la cutícula y las lacas endurecedoras, pueden mejorar las calidades
cosméticas de toda la zona, pero no otorgar fuerza o engrosar la uña misma. En
cualquier caso es bueno utilizar productos hidratantes en piel y uñas (puede
ser una crema de manos), porque suavizan, sobre todo, las cutículas.
¡¡¡Que informacion mas completa!! Felicidades por el post, hemos aprendido un montón.
ResponderEliminarcentrodebellezanatural.blogspot.com.es
Besos
Gracias, Patricia y Gema!!
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