Para lucir una nariz armónica acorde con el resto de tu
fisonomía facial, hasta ahora tenías que pasar por el quirófano, someterte a
una anestesia general o local con sedación y a una intervención de entre una y
dos horas. Amén del doloroso y visible postoperatorio
que hay que soportar. Pues bien, en algunos casos, mejor dicho,
algunas narices, ya pueden corregirse con técnicas médico estéticas, sin
necesidad de pasar por el “calvario” quirúrgico y postquirúrgico, y en cuestión
de media hora. Con ventajas añadidas: puedes percibir los cambios de forma
progresiva en la misma consulta e ir decidiendo sobre la marcha si continuar o
parar, consigues un efecto natural y no el de una nariz operada, y te puedes incorporar
inmediatamente a tu vida cotidiana.
Lo último en Rinoplastia hoy día pasa por no operarse y
se conoce como Rinomodelación. ¿En qué consiste exactamente? En
remodelar la nariz con unos cuantos pinchazos de sustancias de relleno y toxina
botulínica. “Se consigue aplicando determinados materiales de relleno en puntos
estratégicos como el caballete, la raíz de la nariz, el ángulo frontonasal y
las alas nasales”, explica la médico estético Virtudes Ruíz. Con ésto se consigue “modificar la
silueta de la nariz y obtener un perfil armónico de forma instantánea”, asegura
el médico estético Jaume Tufet. Los materiales que se utilizan están
homologados, evitan reacciones alérgicas, son biocompatibles y seguros, y
pueden ser reabsorbibles con lo que los resultados son temporales –de entre un
año y año y medio- o permanentes. ¿Qué material sería mejor? “La primera vez yo
aconsejo utilizar materiales reabsorbibles –ácido hialurónico e hidroxiapatita
cálcica- para que la paciente pueda valorar los resultados y adaptarse al
cambio. Y si gusta mucho se puede hacer la segunda vez con permanentes –poliacrilamidas
o polimetilmetacrilato-“, aconseja la Dra. Ruíz. Tanto las sustancias
reabsorbibles como las permanentes tienen la densidad suficiente como para
conseguir la modificación del perfil nasal. “Además de una consistencia
adecuada que se integra de forma absoluta en el tejido circundante,
consiguiendo ser imperceptible a la palpación”, asegura el Dr. Tufet. Sin
embargo, el cirujano plástico Antonio de la Fuente, autor de la nariz
de Letizia Ortiz aconseja los materiales autólogos como la grasa, la fascia
temporal o el cartílago del propio paciente: “aunque sea ocasionalmente los
materiales permanentes pueden provocar reacciones inflamatorias crónicas. Las
sustancias autólogas evitan reacciones alérgicas e inflamatorias y son más
seguras”, advierte.
Botox
En determinados casos en que al reír o gesticular la punta
de la nariz desciende hasta casi tocar el labio superior también se pone un
poco de toxina botulínica –Vistabel- en el músculo que tira de la punta
para que ésta no caiga. “Se trata de un efecto sutil pero muy favorecedor”,
asegura la médico estético García-Ohnimus. Todo el procedimiento en sí se realiza en consulta,
de forma ambulatoria, inyectando previamente anestesia local en la zona o bien
locoregional –como la de los dentistas-, infiltrando luego las sustancias de
relleno elegidas con agujas muy finas y atraumáticas, y según la dificultad de
la corrección puede llevar de una a tres sesiones de no más de 30 minutos. Lo
mejor es que tras la intervención no es necesario llevar ningún tipo de férula
y la reincorporación a la vida social es inmediata. Eso sí, “durante las cinco
horas siguientes al tratamiento no se deben llevar gafas, tocarse o masajearse
la nariz o irse a dormir”, advierte la Dra. Ruíz. Los hematomas y la
inflamación, de salir lo hacen de forma discreta y se van en cuestión de 24
horas. Aún así, “las personas que tienen mucha tendencia a la inflamación
deberían tomar algún antiinflamatorio durante uno o dos días”, aconseja la Dra.
Ruíz.
¿Para quién?
Ahora bien, los médicos aclaran que, en ningún caso, esta
técnica sustituye a una cirugía cuando esta última está indicada. Es decir,
la Rinomodelación no valdría para todas las narices. “Con este
procedimiento se corrigen angulaciones, pero una nariz grande no va a salir muy
beneficiada. Puede mejorarse su perfil y silueta, pero lógicamente seguirá
siendo prominente y si lo que no gusta, precisamente, es el tamaño habrá que
recurrir a la cirugía”, aclara la Dra. García-Ohminus. ¿En qué casos sería
entonces el tratamiento de elección? Para los expertos las mejores candidatas
serían las narices de pequeñas a medianas con angulaciones y torsiones en su
perfil, las que tienen caballete, las muy anchas o negroides y las operadas que
no han quedado del todo bien. “Porque tienen defectos como angulaciones o
curvaturas no deseadas”, aclara la doctora. Y la Dra. Ruíz añade que la técnica
estaría contraindicada en personas con enfermedades autoinmunes a las que no se
les debe poner materiales de relleno de ningún tipo. El precio de la técnica
varía dependiendo de los materiales utilizados y el número de sesiones
necesarias, pero está entre los 500 y los 2.000 €.
Más información:
- Dr. Antonio de la Fuente (Madrid, tel. 915 63 84 64).
- Dr. Pedro Arquero (Madrid, tel. 913 09 29 06).
- Clínica Tufet (Barcelona, tel. 934 59 03 44).
- Dra. Virtudes Ruíz Sánchez (Murcia, tel. 968 44 42 82).
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