lunes, 16 de septiembre de 2013

10 FALSOS MITOS ALIMENTARIOS

Son mitos porque forman parte del vox populis y son falsos porque carecen de fundamento científico. Lo peor es que pueden influir, para mal, en nuestros hábitos alimentarios. La mayoría están asociados al “firme” propósito de adelgazar. Sin embargo, atiborrarse de productos light o integrales, quedarse sin cenar o estar un día a la semana a dieta ni es saludable ni te va ayudar a perder grasa. Con la ayuda de dos nutricionistas, el Dr. Manuel Jiménez Ucero, autor de la exitosa Dieta Flash y la Dra. Victoria Galarza Rubio, coordinadora del informe Falsos mitos sobre la alimentación, de la CECU (Confederación de Consumidores y Usuarios), desmontamos los más extendidos. Toma buena nota y sigue nuestros consejos para mantenerte sana y controlar el peso.

1.      Lo light e integral adelgaza.
Los alimentos light tienen aproximadamente un 30% menos de calorías que los normales, por lo tanto son útiles en dietas de adelgazamiento, siempre que se tomen en la cantidad justa. Eso sí, no adelgazan por sí mismos. De hecho, algunos son muy calóricos por su propia naturaleza: mayonesa light, margarina light, patatas fritas light y paté light. Y los integrales, ayudan a regenerar el ritmo intestinal y tienen efecto saciante, pero su aporte energético no varía respecto a su equivalente refinado. También se deben tomar con prudencia.

2.      Los hidratos de carbono engordan.
Son uno de los nutrientes que menos energía aportan, 4 Kc/g, de hecho un 55% del total de calorías de la dieta deberían proceder de éstos. Ahora bien, si su índice glucémico es alto se elevan los niveles de azúcar en sangre y el excedente se transforma en grasa de reserva. Por lo que, para controlar el peso conviene dar preferencia a los alimentos de bajo valor glucémico –almidones y féculas-, y reducir los altos –miel, zumos, pan blanco, dulces, frutas dulces y alcohol-.

3.      Las frutas ácidas adelgazan.
Las frutas cítricas, acuosas o ácidas contienen menos azúcares, pero ninguna de ellas hace bajar de peso. Al contrario, las frutas –en general-, tomadas después de una comida copiosa, suman sus azúcares de absorción rápida y favorecen la transformación de éstos en grasa. Sin embargo, antes de las comidas tienen un efecto saciante –por su contenido en agua y fibra- y ayudan a controlar el apetito. Y son excelentes tentempiés de media mañana y tarde. Apuesta por las de mayor contenido en fibra –kiwi, mango, manzana, naranja y pera-.

4.      Beber agua durante la comida engorda.
Beber más de un vaso de agua durante las comidas baja la acidez del estómago y hace la digestión más lenta. Además, cuánto más fría peor, ya que solidifica las grasas y hace todavía más pausada y difícil la digestión. Eso sí, si se toma antes de la comida, el agua puede producir sensación de saciedad. Tenlo en cuenta. Y no olvides que hay que consumir entre 1,5 y 2 litros diarios de agua para estar bien hidratada.  

5.      Picar entre horas engorda.
El “picar” no tiene por qué engordar, siempre y cuando elijas cantidades y alimentos adecuados –puñadito de nueces, un lácteo desnatado, una pieza de fruta, 2 ó 3 galletas integrales, una rebanada de pan tostado integral con queso fresco, o loncha de pavo o pollo-. Aunque, lo idóneo es integrar el picoteo en las 5 ingestas diarias que hay que hacer para evitar el exceso de insulina en sangre y los picos de ésta, que son los que nos engordan.

6.      Si no cenas adelgazas mucho.
Por la noche tenemos la insulina y la leptina altas, por el estrés del día, la falta de ejercicio y el desequilibrio alimentario –largos períodos diurnos sin comer-, así que si no cenamos estos marcadores guardan grasa toda la noche. Además, saltarse una comida provoca ansiedad por comer y “devorar” en la siguiente ingesta. Y algo más: nuestro metabolismo se pone en marcha y quema calorías durante la digestión, por eso se aconseja comer poco, pero muchas veces al día –hasta 5 ó 6-. Haz cenas ligeras compuestas por ensaladas verdes, algo de carbohidratos de digestión lenta –pasta- y un alimento proteico –pescado, huevo, carne de aves-.

7.      Las vitaminas engordan.
Las vitaminas y los minerales son nutrientes acalóricos, es decir, no aportan calorías. Lo que pasa es que al producir un mejor estado de salud pueden “abrir” el apetito, pero no existe relación directa entre vitaminas y aumento de peso. Es más, se aconseja su administración en dietas proteinadas, para evitar su déficit. Pero si tu dieta es variada y equilibrada cubre tus necesidades de vitaminas y minerales.

8.      Los alimentos funcionales curan.
No hay alimentos que tengan la capacidad de curar, pero el consumo de un alimento funcional de forma continuada, sí puede ayudar a mejorar los síntomas de algunos trastornos –colesterol malo alto-. Toma nota: no tienen ningún efecto si no se incluyen en una dieta equilibrada y no debes esperar de ellos ningún efecto milagroso ni a corto plazo.

9.      Comer o beber en lata es cancerígeno.
Los alimentos envasados contienen aditivos para conservar los alimentos durante largos periodos de tiempo. Éstos aparecen en la etiqueta con números precedidos de la letra E, que quiere decir que son aditivos permitidos en la Unión Europea y por lo tanto inofensivos para nuestra salud. No obstante, debes consumirlos cuanto antes sin esperar largas fechas de caducidad.

10.  Estar un día a dieta adelgaza.


El objetivo de una dieta es perder grasa y las dietas muy restrictivas, que producen una rápida pérdida de peso, lo hacen a expensas del agua corporal, no del tejido graso. Por el contrario, éste requiere tiempo para movilizarse y desaparecer, y un cambio en el estilo de vida y hábitos alimentarios.  Básicamente, consumir menos calorías y realizar ejercicio físico de forma habitual. Algo más: estos planes “de ayuno” son muy hipocalóricos y al abandonarlos generan un rápido efecto rebote.

lunes, 2 de septiembre de 2013

ANÁLISIS DERMOGENÉTICOS ONE.GEN/0,1

Prima-Derm, laboratorio español de cosmética molecular, en colaboración con el Parque de Investigación de la Universidad Autónoma de Barcelona ha desarrollado un estudio genómico exclusivo. Han localizado 35 nuevos polimorfismos genéticos clave asociados al envejecimiento cutáneo. Se trata de una nueva estrategia en la búsqueda de genes asociados al envejecimiento y se basa en el estudio de cada una de esas 35 variaciones (SNPs) para determinar si un individuo responde mejor que otro a un tratamiento cosmético o qué riesgos tenemos de padecer alteraciones que pueden provocar envejecimiento prematuro de la piel.
Exactamente, el análisis dermogenético evalúa los genes asociados a una predisposición genética a desarrollar arrugas de expresión, intolerancia cutánea, hiperpigmentaciones -manchas-, deficiencias en la capacidad de detoxificación cutánea y en la la arquitectura tisular, y longevidad. Y, además, valora nuestra predisposición al aumento de peso.
A partir de este exhaustivo análisis genético, Prima-Derm es capaz de proponernos un protocolo ultra-personalizado tanto dermocosmético, como alimenticio y de hábitos de vida.
¿Qué es necesario? Una simple muestra de saliva.
Precio: O.gen/0,1, alrededor de 800 €.
Más información: Barcelona, tel. 935 66 28 08, de lunes a viernes, y de 9 a 18h. Según la zona desde la que llames te derivan a los médicos estéticos o dermatólogos más cercanos para recoger tu muestra de saliva.